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DOCUMENTO (Continuación)

Clasificación de las teorías sobre ética y valores

Resumen elaborado por: Lourdes Denis Santana
Valencia - Venezuela, Julio 2003

Revisar: Primera parte

4. FILOSOFÍA CONTEMPORÁNEA

Sentimientos de valor: (Scheler) Plantea una ética material de los valores. Relaciona valor y sentimiento. La captación de los valores es de naturaleza emocional. El valor no es percibido por el intelecto, sino estimado por la intuición emotiva. Distingue sentimientos de valor (intencionales) y estados afectivos (no intencionales) del propio sujeto. Las cosas no son valiosas porque son buenas, sino que son buenas porque son valiosas. Las fuentes de toda actividad ética deben ser la alegría y el amor, en vez del vacío heroísmo del deber (Kant) o del trabajo (Marx). El amor es la base de la ética. Propone una ética que sin ser formal fuera apriórica. Define los valores como cualidades sui géneris de que están revestidas las cosas. El ámbito de los valores es plenamente objetivo, regido por leyes. Señala cuatro clases de valores (hedónicos, vitales, espirituales y santos) a los que corresponden estados afectivos (placer-dolor; alegría-pena; felicidad-infelicidad; bienaventuranza-desesperación) los cuales guardan entre sí relaciones jerárquicas. Se basa en la objetividad, la independencia y la jerarquía de los valores.

Idealismo: Considera la idea como principio del ser y el conocer. Lo fundamental son los ideales, imaginados o realizables. El ser de las cosas se determina por la conciencia del individuo, el sujeto, el "yo universal", el espíritu. La ética idealista realza la libertad y la voluntad del ser humano para alcanzar un fin.

Realismo: Las cosas existen independientemente de la conciencia o del sujeto. Su postura ética se basa en lo que ocurre en la realidad, el mundo exterior, el entorno.

Espiritualismo: Admite la existencia del espíritu como realidad substancial, como primera base del mundo. Defiende la esencia espiritual y la inmortalidad del alma. La ética espiritualista enfatiza la virtud del alma como vía para fortificar el cuerpo. Considera que el alma existe independientemente del cuerpo. Propone que se sustituya la ciencia por la fe ciega en los espíritus y en la providencia divina.

Positivismo moral o ético: Alternativa filosófica que se manifiesta escéptica ante cualquier tesis que defienda la naturaleza trascendental de la moralidad. La moralidad de un individuo o la de un pueblo es tan sólo un hecho (normativo) cuyas causas habrá que buscarlas en el terreno empírico de la Antropología funcionalista, de la Sociología o de la Psicología. Toma la forma de un relativismo moral. La moral cambia según las condiciones empíricas que la determinan. Se presenta como una crítica de las demás fundamentaciones filosóficas de la moral; pero no ofrece ningún fundamento específico de la moral. Equivalente en la práctica a un amoralismo transcendental. El término positivo hace referencia a lo real, lo fenoménico dado al sujeto. Lo real se opone a todo tipo de esencialismo. Desecha la búsqueda de propiedades ocultas. Lo positivo tiene como características el ser útil, cierto, preciso, constructivo y relativo (no relativista) en el sentido de no aceptar ningún absoluto.

Materialismo moral o ético: Toda realidad es de carácter material. Separa la realidad pensante (idealismo) y la realidad no pensante (materialismo). La ética materialista exalta y ambiciona lo material, independientemente de la espiritualidad del individuo. La conducta, la voluntad o el juicio es ético o moral cuando se ajusta a determinados contenidos materiales, que desempeñan la función de normas de la bondad o de la maldad ética o moral. Se distingue el materialismo teórico y el práctico, el materialismo como doctrina y como método.

Objetivismo axiológico: (Scheler y Hartmann) Los valores tienen una entidad en sí mismos considerados, a la que el sujeto reconoce, de forma que es posible la formulación de juicios de valor que, por su naturaleza, sean universales y necesarios, es decir, válidos para todos los sujetos. La objetividad u objetivismo de la moral es clara, aunque hay que tener en cuenta las diversas clases de ley; no es el mismo una ley natural o divina, permanente, que una ley humana, más relativa; y, por tanto, tampoco la conciencia aprecia su valor de la misma forma. La ética es el estudio de los afectos, actos psíquicos (intencionales) de preferencia o no-preferencia que son el fundamento de los valores. El valor es el objeto intencional del acto de preferencia. Esta preferencia "objetiva" da lugar a leyes axiológicas que generaron la teoría general de los valores.

Subjetivismo axiológico: (Spinoza; Hobbes; Hume) La valoración depende de cada ser humano. No existe una ética reguladora de las acciones del individuo; cada ser crea subjetivamente sus propias normas y se autorregula.

Intersubjetivismo: (Frondizi) Los valores surgen de la tensión entre el sujeto y el objeto que se produce del doble carácter: objetivo y subjetivo.

Comunismo: La moral comunista defiende los principios de: fidelidad a la causa, amor a la patria, trabajo consciente en bien de la sociedad; preocupación de cada individuo por conservar y multiplicar el bien común; elevada conciencia del deber social, intolerancia con cuanto represente perjuicio para los intereses sociales; colectivismo y mutua ayuda de camaradería; relaciones humanas y respeto recíproco entre las personas; honradez y sinceridad, pureza moral, sencillez y modestia en la vida social y privada; respeto mutuo en la familia, interés por la educación de los hijos; intransigencia ante la injusticia, el parasitismo, la falta de honradez, el arribismo y el afán de acumular; amistad y fraternidad entre todos los pueblos hermanos, intransigencia hacia todo acto hostil de carácter nacionalista y racista; intransigencia hacia los enemigos de la paz y la libertad de los pueblos; fraterna solidaridad con los trabajadores de todos los países, con todos los pueblos.

Consecuencialismo: El estatus moral de una acción viene determinado por sus consecuencias. Una acción es buena si produce efectos buenos, y mala si tiene consecuencias perjudiciales, desde el punto de vista del bienestar general de las personas. Distingue dos tipos de doctrinas: (a) Consecuencialismo de reglas: actos buenos son los que autoriza una regla justificada por sus consecuencias. (b) Consecuencialismo de acciones: actos buenos son los justificados por sus consecuencias.

Utilitarismo o Eudemonismo social: Sistema ético basado en premisas hedonistas. Un acto es bueno cuando es útil. Un acto es útil cuando proporciona bienestar al mayor número posible de individuos. Ningún acto es considerado bueno en sí mismo, sino por el bienestar, la felicidad o el placer que produce. Los motores de la conducta humana son el placer y el dolor. Las acciones son buenas o malas según fomenten o dificulten la felicidad. El fin último del orden social sería la utilidad de todos o el mayor bien del mayor número. Maximiza la utilidad lograda por el conjunto de la sociedad. La utilidad de un acto puede ser determinada por su Intensidad: cuanto mayor sea el bienestar que produzca un acto, más útil será y mayor será su bondad; Duración: cuanto mayor sea el tiempo que brinde ese bienestar, mejor será el acto; Extensión: cuanto mayor sea el número de personas beneficiadas por el acto realizado, más útil será. (a) Utilitarismo de acciones: en cada situación, hacer lo que consideremos que tenga las mejores consecuencias. (b) Utilitarismo de reglas: la sociedad debe adoptar reglas de acción, que producirán a la larga los mejores resultados para todos.

Egoísmo: La conducta es buena si conduce a mi mayor felicidad. Equivale a la negación misma de la ética. Debemos hacer lo que más nos conviene y nos haga felices, sin considerar cómo afectan nuestras acciones a las demás personas.

Pragmatismo: (Dewey) Establece como criterio de verdad la utilidad en orden a la acción (pragma). Cosas o proposiciones son verdaderas en la medida en que sirven o muestran su eficacia práctica. El único criterio válido para juzgar la verdad de toda doctrina científica, moral o religiosa, se ha de basar en sus efectos prácticos. Lo verdadero es lo que tiene consecuencias fructíferas. El mundo que conocemos es independiente de nosotros y su aprehensión depende de cómo nos afecta. La ética consiste en la acción inteligente con vistas a un determinado fin. La acción inteligente presupone el desarrollo de hábitos, que deberán ser "hábitos con pensamiento". Prescinde de toda norma que no sea generada por los hábitos. El único fin de la acción -y principio supremo rector de la ética- es el constante crecimiento del sujeto en su relación con el medio. El sentido del crecimiento humano es la reconstrucción continua de la experiencia mediante el ejercicio del método experimental.

Creencias y costumbres: (Hume) Fundamenta la ética en las creencias, usos y costumbres. El único criterio que explica la moral es el sentimiento de simpatía entre los seres humanos que les hace por naturaleza benevolentes. La única explicación de los juicios éticos es la costumbre, no hay fundamentos empíricos o racionales. El conocimiento humano se compone de impresiones sensibles y de ideas, que se forman a partir de los datos de los sentidos. No podemos ir más allá de lo que nos aportan los sentidos. La existencia y verdad de las ideas resultan injustificables para nosotros.

Emotivismo moral: (Stevenson, Ayer) Propone que los juicios morales resultan de cálculos utilitarios y empíricos. Niega la posibilidad de fundamentar racionalmente los juicios de valor; niegan la razón moral. De las proposiciones o verdades de hecho no pueden deducirse los mandatos o recomendaciones morales. Los valores y las normas morales se basan únicamente en el sentimiento y no en la razón. La tendencia no emotivista tiene interés en averiguar de qué modo podemos hablar lógicamente de la ética, mas no profundiza acerca de lo que es la práctica ética. Los analistas lingüísticos que suscriben la teoría emotiva abordan la ética desde el análisis del lenguaje. Sostienen que el lenguaje moral es un ejemplo de lenguaje preformativo, una clase de puntualización verbal. El propósito de la proposición moral es expresar una respuesta emocional ante alguna acción o conducta y/o intentar causar una reacción similar en otros.

Prescriptivismo: (Hare) Afirma que el foco del lenguaje moral es justo una forma imperativa. Así, las aseveraciones morales son reducibles a expresiones como: "¡No hagas eso!".

Enfoques psicológicos: Conciben los valores como un fenómeno subjetivo. Identifican los valores con fuerzas motivacionales, con intereses, necesidades, preferencias, conductas.

Teoría cognitiva: (Rokeach; Kohlberg) Sitúa el concepto de valor en el nivel de representaciones simbólicas, en el terreno de los procesos de elaboración de conocimiento. Los valores aparecen como estructuras representativas cognitivas que permiten al sujeto no sólo ordenar, interpretar los fenómenos de la realidad física y social, sino que a la vez guían su comportamiento. Los valores tienen relación con otras estructuras de conocimiento: categorización, creencias, actitudes, valores. Plantea el modelo teórico de la "pirámide cognitiva" en cuya base aparecen los procesos básicos de interpretación (categorización) y en su cima los procesos más abstractos y complejos (los valores). En esta pirámide, los valores controlan y fundamentan la estructura abstracta de los procesos inferiores. Los valores se entienden como una estructura compleja de conocimiento, pero ante todo son un sistema de interpretación y de atribución de significado a los hechos, tanto físicos como sociales. Los valores sirven para que el sujeto se conozca a sí mismo y a los demás. Los valores son un tipo de creencias que llevan al sujeto a actuar de una manera determinada. Los valores se organizan formando sistemas (tanto instrumentales como finales) a nivel individual y grupal de otras estructuras cognitivas y de personalidad del individuo. Todas las personas, indiferentemente de la cultura a la que pertenecen, poseen los mismos valores; la diferencia estriba en el grado de importancia que una cultura asigne a algunos de ellos.

Moral funcionalista: (Durkheim; Parsons) Concepción que se preocupa por transmitir seguridad acerca de la actuación ética del ser humano. Da una visión "consensualista" del orden social y de la escuela. El orden social se mantiene mediante la conformación de la conciencia de los sujetos a las normas y valores interiorizados. Esta conciencia se forma fundamentalmente en la infancia. El sistema educativo tiene el papel o función de mantener el orden social a través del moldeamiento de la conciencia durante la infancia. Las instituciones son instrumentos, se explican por la función que realizan para el mantenimiento de la totalidad social. La pregunta que mueve el análisis funcionalista -¿cuál es la función?- viene acompañada de una respuesta -"el control social"-.

Contractualismo: (Hobbes, Locke, Rawls) El origen de las obligaciones morales son las reglas de convivencia. Es bueno lo que respete esas reglas (muchas veces implícitas), y malo lo que las contradiga. La única forma de construir una moral estable es enraizarla en el interés de los individuos. Si éstos se convencen de que les interesa seguir reglas de juego que beneficien a todos entonces tendrán una buena motivación. El Estado es el guardián del cumplimiento del pacto o contrato, es garante de que se cumplan no sólo las normas legales, sino también las morales.

Neopositivismo: La elección moral última no es empíricamente verificable.

Existencialismo: (Nietzsche; Jaspers; Marcel; Heidegger; Sartre) Se identifica con la "muerte de Dios" (que los sociólogos prefieren describir como "proceso de secularización").. Se basa en la autonomía moral del individuo. Hay dos especies de existencialistas: los cristianos (Jaspers y Marcel) y los existencialistas ateos (Heidegger y Sartre). Ambos consideran que la existencia precede a la esencia, o, si se prefiere, que hay que partir de la subjetividad. Significa que el hombre empieza por existir, se encuentra, surge en el mundo, y que después se define. El hombre, tal como lo concibe el existencialista, si no es definible, es porque empieza por no ser nada. Sólo será después, y será tal como se haya hecho. Así, pues, no hay naturaleza humana, porque no hay Dios para concebirla.

Concepción bioética: Reflexiona acerca de la urgencia de un diálogo interdisciplinar entre los científicos, moralistas y juristas sobre el tema de la vida (humana y no humana). Discute la necesidad de poner 'límites' a la investigación y aplicación tecno-científica superando la ciega fe en el progreso. Se preocupa por el fundamento moral último entre lo lícito y lo ilícito. La 'meta-bioética' trata de explicar el fundamento ético de los valores y de los principios que orientan la conducta del hombre en el momento en que interviene sobre la vida. El interrogante central del debate no está en si es necesaria la ética para la ciencia y la tecnología, sino en cuál ética es necesaria para la bioética. Se trata de fundamentar o justificar la perspectiva moral que delimita el bien y el mal en el ámbito de la ciencia y que prescribe el deber del obrar en el campo biomédico. Se distinguen dos orientaciones divergentes: (a) La orientación 'laica'. Se refiere a la imposición del discurso moral "como si Dios no existiese o en ausencia de Dios". Se trata de justificar los principios y los valores morales sobre la base racional empírica rehusando la apertura a la trascendencia. La racionalidad 'laica' es una racionalidad fáctica y 'calculadora' (Heidegger), cerrada a la metafísica. El valor y el respeto de la vida es reconocido sólo a condición de que se favorezca la evolución de la especie (sociobiologismo), o bien si se manifiesta empíricamente la capacidad de sentir placer y dolor (utilitarismo), o la capacidad racional volitiva de tomar una decisión (no-cognitivismo), o de estipular un contrato para acceder a la comunidad moral (contractualismo). La vida humana no es respetada de un modo integral. (b) La orientación 'personalista'. Es una perspectiva filosófica que justifica el respeto y la tutela de la vida humana de modo integral. Propone en bioética el deber del respeto de la vida humana en todas sus manifestaciones desde el momento de la concepción (la fecundación) hasta el último instante (la muerte cerebral total). El personalismo ontológico (Santo Tomás, J. Maritain) pone como fundamento de la bioética el concepto de 'persona' al cual se atribuye un valor axiológico y jurídico. La 'persona' es un 'sujeto moral' y 'sujeto de derechos/deberes'. El individuo es respetado (moralmente) y tutelado (jurídicamente). La persona se convierte en el filtro para la determinación de la licitud o de la ilicitud de la intervención sobre la vida (es lícito todo lo que no daña a la persona; es ilícito todo lo que suprime o daña a la persona). La persona es sustancia individual de naturaleza racional. Son tres los elementos constitutivos de la persona: la sustancialidad (subsistencia), la individualidad (distinción de todo ser existente) y la racionalidad (capacidad de raciocinio). Se es persona sólo por el hecho de ser un 'ser humano'.

Metaética: Examen crítico de los conceptos, juicios y procesos de razonamiento utilizados en la ética. Es apreciada como un sistema de investigación filosófica de las relaciones del lenguaje y la lógica dentro del sistema normativo ético. Reflexiona sobre los llamados problemas fronterizos, es decir, aquellos que se sitúan más allá de la reflexión normativa y establecen la frontera última de la reflexión ética, como también la frontera que separa la reflexión puramente filosófica de la reflexión teológica en el campo moral. Metaética no es equivalente a ética analítica. Esta última se refiere al modo de proceder dentro de la reflexión ética, a nivel normativo y meta-normativo, a nivel filosófico y teológico. La metaética aborda el análisis del lenguaje utilizado en moral y la semántica de los términos con los que expresamos nuestro pensamiento moral. Al resolver los problemas de lenguaje no se pretende presentar normativamente el juicio moral, sino afinar la comprensión y el uso del lenguaje moral en la formulación y representación de los juicios y de las reflexiones morales. Se reconocen dos grupos: (a) Moral cognitivista: Argumenta que el lenguaje moral es semánticamente rico y significativo, aunque no hay acuerdo en el significado moral que expresan. El juicio moral es muy distinto del empírico, no por eso niega su cognoscibilidad. Los juicios morales son juicios a priori que no se pueden verificar empíricamente, lo cual no equivale a no conocerlos. (b) Moral neo-cognitivista: Sostiene que el lenguaje moral es esencialmente significativo. Las designaciones morales no expresan contenido cognitivo en absoluto, tampoco se refieren a propiedades naturales o no naturales. Sostiene que los juicios morales fundamentales no pueden considerarse resultado de un proceso cognoscitivo, porque no podemos verificar la consistencia de tal conocimiento. Se ubican en dos campos: Emotivismo o Prescriptivismo.

Imaginación ética: (Spinoza; Camps; Johnson) Teoría moral centrada en la imaginación. Una imagen moral es una descripción de cómo se relacionan nuestros ideales y nuestras virtudes, y qué tienen que ver con la posición en la que nos encontramos. Por ejemplo, la imagen moral de la familia influye no sólo en lo que pensamos acerca de la familia, sino en la vida social en general. Algunos aprecian el razonamiento moral como una actividad eminentemente imaginativa y no racional. Otros consideran que existe algo en nuestra estructura moral y cognitiva que hace viable y fecunda la imagen de las reglas, y antes de pretender sustituirla por otra que se base sólo en la imaginación debemos sopesar las consecuencias.

Acciética: Ética de la responsabilidad y la toma de decisiones. Supone criterios de racionalidad para tomar decisiones en el ámbito de competencia en la que se haya inserta la empresa. En el mundo empresarial la aplicación de una estrategia, la omisión de información relevante, puede ser beneficiosa económicamente. Un negocio bueno en el sentido moral puede significar un mal negocio en el sentido económico, ya que en el ámbito moral se busca un acuerdo beneficioso para ambas partes, y en el ámbito económico se busca ganancia comercial.

B. Según la naturaleza del comportamiento moral

1. Teorías normativas: Tratan de establecer un criterio definitivo para la acción, prescribiendo un comportamiento moral determinado. Justifican el valor de determinado estado de cosas. Se distinguen por el valor que proponen como fin o ideal de la acción moral, que puede ser el bien, lo obligatorio, lo bello, el placer, la felicidad. El ser humano tiende a sustituir progresivamente lo que le gusta por lo que es aceptado como bueno en la sociedad. Entre las teorías normativas figuran: (a) Teorías monistas. Lo máximamente valioso en un único objeto. El hedonismo (el placer) y el eudemonismo (la felicidad). (b) Teorías pluralistas. Sostienen que el bien posee diversos contenidos absolutamente distintos, tales como el placer, el conocimiento, la experiencia estética, el amor, la belleza, la verdad, la armonía, la amistad, la justicia, la libertad, la independencia, los cuales son valiosos en sí mismos.

2. Teorías meta-normativas: Se encargan de cuestiones que no tienen que ver directamente con la acción moral o con el juicio de valor, sino con la naturaleza misma del valor (y el acto de valoración) y con la validez o justificación de las afirmaciones valorativas. Fundamentan y a la vez someten a crítica a las teorías éticas normativas.

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