El tema de la ÉTICA y los VALORES |
La familia y la formación de ciudadanos virtuosos
[Este artículo forma parte del libro ÉTICA Y DOCENCIA (1999), a la venta en la Editorial FEDUPEL, de la UPEL
En el proceso de formar ciudadanos virtuosos, la familia desempeña una función primordial. La familia es un invaluable agente educador, formador de valores ciudadanos y generador de propuestas de acción cívica. En la trama familiar cotidiana, más que en ningún otro ámbito social, se forja el espíritu del comportamiento humano. En el seno de las enseñanzas hogareñas se interconecta la influencia de tradiciones, valores, creencias, actitudes y principios que dejan huella indeleble en generaciones y pueblos.
La familia es el núcleo social natural donde se moldea la conciencia individual del ser humano. En este proceso es mucho más impactante la influencia del ejemplo que de la palabra. Cada grupo familiar imprime en sus hijos la huella que, según el criterio de los padres, juzgue más convenientes. No hay recetas a seguir en este delicado proceso de formación. Cada gesto, cada acto, cada palabra se traduce en un modelo que será adoptado por los hijos. De allí deriva la delicadeza del compromiso y la tarea de ser padres. En la práctica, este proceso es desvirtuado por la influencia de diversos factores.
En el proyecto de todo grupo político debería estar la defensa de la familia porque es el presupuesto para el bien común. Esto, evidentemente no ocurre cuando sólo se persigue el interés sectario (eufemísticamente denominado "interés general"). Con los ataques a la familia, además de las consecuencias directas, se hace peligrar la paz de la sociedad porque se está viciando el ámbito primero y natural de la sociabilidad humana y cegando el canal de transmisión de los valores que caen sobre el fondo del corazón humano. Sin educación en la familia, el único objetivo de cada uno es uno mismo.
"Por el hecho de haber dado vida a los hijos, los padres
tienen el derecho originario, primario e inalienable de educarlos". Santa Sede (1.983). Carta de los derechos de la familia. Artículo 3.
¿La crisis de la sociedad actual es consecuencia de la ausencia de ciudadanos bien formados? ¿O viceversa? La crisis económica y social que atraviesa el país, ha sido atribuida a la ausencia de un sólido sistema educativo que garantice la formación de ciudadanos preparados académica y moralmente. No obstante, la situación no podría explicarse de modo unicausal. Es necesario un sistema educativo que fortalezca la formación ciudadana, y es preciso buenos ciudadanos que influyan en la educación de las demás personas. De este modo, la situación cobra carácter bidireccional. En todo caso, la idea no es sólo precisar la causa sino actuar de forma perentoria en todos los ámbitos y niveles. Es urgente que la educación formal y no formal asuma la formación ciudadana como un reto que contribuya efectivamente a lograr la formación de una conciencia cívica y social dirigida al bienestar común.
Formar la conciencia civil es fundamental para sentar las bases de una convivencia más humana. El sentido y calidad de esta convivencia es el resultado de la formación de valores cívicos. ¿Qué significa ser consciente? El concepto de conciencia, empleado por los griegos, deriva del latín conscientia que significa reconocimiento tanto del mundo externo como del yo interno. El concepto de conciencia cívica o civil se refiere al reconocimiento de los valores morales políticos fundamentales y al sentido de pertenencia a un cuerpo político dentro del cual el ciudadano debe alcanzar su libertad y felicidad. La formación de una conciencia cívica va más allá de la simple instrucción u obtención de conocimientos técnicos y científicos; tiene un alcance esencial, propio de la educación griega y platónica, dirigido a configurar una imagen de acuerdo a un ideal que está vinculado por una parte con la naturaleza y por otra al modelo moral de la sociedad política.
El concepto de formación cívica posee un carácter moral. La educación debe hacer bueno al hombre y a la sociedad. Esta idea adquiere relevancia frente al proceso de deterioro que enfrentan los valores naturales del hombre en la actualidad, ante la amenaza que sufren los valores políticos y la necesidad de redefinir los contenidos socializadores: valores, normas y actitudes en función de un modelo político más humano.
¿Qué medios coadyuvan a la formación de la conciencia civil? Un elemento básico es la ley. Ésta es la expresión más calificada de la libertad política, que no subyuga, sino que regula la actuación del ser humano. Es el órgano que establece el derecho a la igualdad natural al ser expresión de la voluntad general del cuerpo político. Por ella se protege y se conserva la libertad y la justicia. Su poder no está en la fuerza, ni en la ignorancia de los súbditos; depende de la sabiduría y del buen juicio del que la ha dictado, que tuvo que conformarla según la voluntad general. Su eficacia depende del aprecio y la asimilación de los ciudadanos a la voluntad general. Tal proceso se fundamenta en la práctica de la virtud, que fue el ideal de la polis griega. La virtud es garantía de una sana convivencia y de la autoridad pública.
No se puede construir una sociedad democrática con libertad y justicia si no se logra formar la conciencia de los ciudadanos. Esta formación debe estar centrada en la práctica de los valores cívicos y de convivencia, cultivados desde la niñez, en la familia. La meta es lograr que cada ciudadano se sienta parte del cuerpo social y político y se identifique con el todo, aprenda a fortalecer a su comunidad por encima de los intereses individuales, a no esperar paga o reconocimiento por las acciones que realiza en favor del Estado. La libertad no puede subsistir sin la igualdad y el espíritu de la ley debe llegar a la conciencia de los miembros del cuerpo político.
"Que nadie sea tan opulento para poder comprar a otro, ni nadie tan pobre para verse obligado a venderse. Si queréis dar consistencia a la república, aproximad todo lo posible ambos términos" (Rousseau).
Es imperativo formar a los hombres que han de ejercer el gobierno sobre las demás personas. La esperanza de un cambio de actitud y una nueva moral ciudadana se basa en las convicciones y acciones que generan los hombres libres. La formación ciudadana hace tomar conciencia de la libertad política a fin de defenderla y protegerla.
Formar la conciencia cívica es una condición por cuanto implica reconocerse a sí mismo como un ser libre cuya libertad solamente puede desarrollar y vivir con individuos que tienen ese mismo derecho. Supone la vida en sociedad y resuelve los conflictos derivados de la desigualdad haciendo a todos iguales ante la ley, que es la expresión de la voluntad general. También es un proceso pedagógico que implica educar la capacidad de elegir, encarnar la virtud y aprender a vivir con lo necesario. De esta manera el individuo supera el instinto de conservación y las pasiones, se humaniza a través de la práctica del bien y se universaliza luchando por un ideal común. De aquí se deriva la formación de una sociedad más humana, democrática y la adquisición de una conciencia nacional o supranacional, según sean los vínculos internos del país y las obligaciones que surjan de la convivencia . Este proceso tiene un origen universal: la familia.
"Los pueblos no se renuevan, ni evitan la caída y la ruina si no vuelven a sus principios, ya que ellos son fuente de vitalidad y de fuerza primitiva". Maquiavelo
Formar ciudadanos virtuosos se basa en la construcción de una sólida estructura ética y valorativa. El Informe de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI, titulado: La Educación encierra un tesoro, conocido también como Informe Delors, señaló que en el contexto de la sociedad contemporánea, plagada de incertidumbres y tensiones, "todo convida a revalorizar los aspectos éticos y culturales de la educación y, para ello, dar a cada uno los medios de comprender al otro en su particularidad y comprender el mundo en su curso caótico hacia muy cierta unidad".
La importancia de los valores trasciende los dominios de la filosofía e interesa a toda la sociedad, ya que los valores orientan y enrumban el comportamiento individual y colectivo. Los valores contribuyen a que las personas, las instituciones y las sociedades establezcan metas y fines. En la sociedad contemporánea se está formando una "conciencia ética universal", compatible con la pluralidad de códigos éticos individuales y de credos religiosos, que se expresa a través de nuevos paradigmas: el desarrollo humano sustentable, el respeto integral a los derechos humanos, la igualdad de géneros, el desarrollo social como factor esencial del crecimiento económico y la cultura de paz.
La humanidad necesita una ética global, unos valores de dimensión universal, que le sirvan como "asideros morales". ¿Qué fundamenta esa ética global? En nuestra época existe una cultura cívica global en plena gestación y cambio, que contiene elementos adicionales para ser incorporados en una nueva ética global. La reivindicación de los derechos humanos, el principio de legitimidad democrática, la responsabilidad pública, así como la toma de conciencia acerca de un ecosistema compartido a nivel planetario, son manifestaciones de esta cultura global.
El tema de la formación en valores ha estado por mucho tiempo relegado en la praxis educativa. Sin embargo, hoy en día es uno de los temas prioritarios en la agenda del debate internacional, se reconoce que el principal propósito de la educación es precisamente la formación ética de los ciudadanos. Frente a quienes mantienen cierto escepticismo sobre el rol de la educación en el proceso de formación de valores, la mayoría de los pedagogos contemporáneos sostienen que si la educación es el medio ideal para la formación de la personalidad, ella es también el medio privilegiado para inculcar un plexo valorativo que dé sustento a una conciencia cívica y ética. Incluso, hay educadores que sostienen que hablar de educación integral es hablar necesariamente de valores, ya que educar no es simplemente instruir sino formar.
La educación en valores adquiere hoy en día mayor relevancia ante la competencia que los sistemas educativos tiene que enfrentar con los antivalores que frecuentemente difunden los medios masivos de comunicación. Cuando se dice que vivimos una "crisis de valores", en realidad nos referimos al choque de valores, que no sólo procede de los medios sino que puede también tener su origen en la misma familia o en la comunidad. Es el llamado "currículum oculto" que contradice los valores que trata de cultivar el sistema formal.
En definitiva, si se trata de promover una educación integral, que comprenda los aspectos cognoscitivos, afectivos y psicomotores, la formación en valores no puede estar ausente, si el objetivo final es la formación de la personalidad ética. Es necesario fortalecer las distintas actividades vinculadas a la formación ciudadana con vista a la expansión y el fortalecimiento de la democracia, no sólo como régimen político, sino también como forma de vida, la más adecuada para alcanzar una sociedad equitativa y solidaria donde la vida digna y la paz sea posible para todos.
El preámbulo la Declaración para la Educación de la UNESCO (1973) establece que: "La educación del hombre moderno está considerada en un gran número de países, como problema de excepcional dificultad, y en todos, sin excepción, como tarea de la más alta importancia. Constituye la educación asimismo, un tema capital, de envergadura universal, para todos los hombres que se preocupan de mejorar el mundo de hoy y preparar el de mañana", se asienta que las universidades analizan cómo la ciencia responde a la pregunta ¿por qué? buscando el valor de la verdad; y la tecnología responde a la pregunta ¿cómo? buscando el valor de la utilidad. Los valores responden a la pregunta ¿para qué?, siendo su misi6n enseñar el saber ser y el deber ser. Enseñar para la vida trascendente es la preocupación de la educación en valores. Educar es enseñar una ética frente a la existencia, para que con sabiduría se aprenda a bien tener, a bien hacer, a bien vivir y a bien ser, integrándose el concepto de "bienestar". Enseñar es crear las condiciones para que quien aprende, pueda desarrollar todo su potencial como ser humano, ayudando a los demás a conocer y comprender, a crecer y a dudar, a recibir y a aportar, a informarse, pero sobre todo a formarse como seres humanos.
La transmisión de valores también se lleva a cabo de manera informal, mediante la cultura que se forma en la escuela o la universidad, es decir, todo aquello que concurre en la vida escolar y universitaria, no sólo la enseñanza académica de una temática ético-valorativa sino el vivir y llevar a la práctica dichos valores.
|
~ En caso de utilizar este documento, se agradece citar la fuente. ¡Gracias! ~
Lourdes Denis Santana
Universidad Pedagógica Experimental Libertador Instituto Pedagógico Rural "El Mácaro" Venezuela Copyright © 1997-2020 Derechos Reservados |