Turismo de aventura en Galipán, El Ávila_Lourdes Denis Santana
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Autora: Lourdes Denis Santana
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Foto: Lourdes Denis (2003) Enclavado en la montaña: Galipán es una comunidad rural que se localiza en la vertiente norte del tramo central de la Cordillera de la Costa, enclavado en el área que conforma el Parque Nacional El Ávila, un conjunto montañoso que circunda Caracas, Venezuela. El poblado de Galipán corresponde a la Parroquia Macuto del Estado Vargas, a pesar de que su relación económica y cultural la mantiene fundamentalmente con Caracas. La distancia de Galipán a Caracas es aproximadamente de 21 kilómetros. El poblado cuenta con servicio eléctrico y telefónico, escuela desde preescolar hasta sexto grado, bodegas, dispensario médico e iglesia, restaurantes, puestos de la Guardia Nacional y de INPARQUES. Los caminos son mayormente de tierra, algunos son de piedra o asfalto rústico. El agua que consumen los habitantes proviene de manantiales procedentes de lo alto de la montaña. Desde allí, los pobladores han colocado mangueras y tuberías para transportar el líquido hasta sus viviendas y sembradíos.

Origen del nombre: Según la leyenda que cuentan algunos de sus habitantes, Galipán debe su nombre a un cacique indígena llamado 'Galipa' que habitó esas tierras durante siglos pasados y pertenecía a la tribu o nación Caribe. Los Caribes estuvieron asentados fundamentalmente en la parte baja del sistema montañoso donde se halla El Ávila.

Foto: Lourdes Denis (2003) Primeros pobladores: Con la llegada de los conquistadores españoles, los habitantes indígenas originarios fueron desplazados o aniquiliados. El sector ubicado en la parte baja, San José de Galipán, adquiere importancia por constituir vía obligatoria para comunicar a Caracas con La Guaira. Cuando Francisco Fajardo funda el caserío San Francisco se comienza a conformar una trocha que luego sería "el Camino de los Españoles", el cual representó por mucho tiempo la vía de comunicación entre la Capital y el litoral. La trocha inicial es ampliada por Sancho del Villar y Juan de Ribeiro, encomenderos que participaron en la fundación de Santiago de León de Caracas, comandada por Diego de Lozada. En 1589, Don Diego de Osorio y Villegas -Gobernador y Capitán General de la Provincia de Venezuela- inició la construcción del Puerto de La Guaira y la ampliación de la vía de comunicación que recorría Punta de Mulatos, San José de Galipán, Boca e´Tigre, Río Anauco y de allí hasta La Puerta de Caracas. Los Isleños ubicados en esta zona baja de la montaña se dedicaron a cultivar cacao y tenían constante comunicación con el Puerto de La Guaira por donde salían los productos al exterior. Esto ocasiona el mejoramiento posterior de las vías.

Para el siglo XVIII, años 1778-1780, se radica en la zona de San José la última inmigración masiva procedente de las Islas Canarias. Es en esa oportunidad cuando los pobladores se trasladan hacia la parte alta de la montaña. Allí se dedicaron a labores agrícolas. Cuentan que algunas de esas familias canarias compraron parcelas al francés Juan Bautista Jacquez. En un plano de la Serranía entre Caracas y la Costa de La Guaira, elaborado por Agustín Cramé y fechado el 15 de marzo de 1778, se menciona a Galipán como una extensión de terreno situada en la vertiente norte del tramo central de la Cordillera de la Costa, comprendida entre la cresta de la montaña hasta Punta de Mulatos. Los primeros pobladores de Galipán se dedicaron a cultivar café. Posteriormente se dedicaron a cultivar hortalizas y árboles frutales. Luego se dedicaron a producir carbón, así como al cultivo de flores y fresas. Los productos eran vendidos en La Guaira y en Caracas. Desde hace varias décadas, Galipán se ha hecho célebre por la práctica de la floricultura: cultivo y comercialización de sus flores y frutas. Hoy en día su fama trasciende los límites nacionales. Se calcula que la población actual está conformada por 350 familias, lo cual representa unos 2.500 galipaneros aproximadamente.

Base legal: El estatus jurídico de Galipán deriva de lo pautado en el Decreto 2334, del año 1992, sobre el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso del Parque Nacional El Ávila. El referido Decreto otorga a Galipán la condición de poblado autóctono, como zona especial dentro del Parque Nacional El Ávila, con una superficie de 1.720,03 hectáreas. Asimismo, existe otra serie de documentos legales vinculados a la identidad jurídica de Galipán, tales como: (a) Decreto 473, del año 1958; (b) Decreto 276 del Reglamento Parcial de la Ley Orgánica para la Ordenación del Territorio, sobre Administración y Manejo de Parques Nacionales y Monumentos Naturales (19--); (c) Resolución No 6, año 1986, del Ministerio de Agricultura y de los Recursos Naturales Renovables.

Sectores que lo conforman: Galipán está constituido por cinco sectores cuyas denominaciones tienen origen hagiográfico, es decir, relativo a la vida de los santos patronos.

(1) San Isidro, en homenaje al patrono de los campesinos. "San Isidro Labrador, quita el agua y pon el sol".
(2) San Francisco, el protector de la fauna avileña.
(3) San Antonio, patrono de quienes no tienen pareja.
(4) San José, en honor a quienes se esmeran en su faena diaria.
(5) Manzanares, epónimo del grupo indígena guanche, proveniente de las Canarias.

Cómo llegar: Ir a Galipán es una experiencia inolvidable. Tiene acceso por la vertiente norte del litoral y por la vertiente sur, desde Caracas. La forma más usual es recorrer (a pie o con vehículo rústico de doble tracción) la empinada carretera que comienza en el "pie del cerro", ubicado en la avenida Peñalver entre San Bernardino y Cotiza, en Caracas, la cual llega hasta la propia cima donde se halla el Hotel Humboldt. En esa zona de Cotiza hay un terminal de transporte colectivo disponible para turistas y visitantes. Empresas como Denis Tours y el Hotel Ávila de San Bernardino, organizan tours que incluyen el traslado hasta el poblado y el restaurante de su preferencia. Otra forma de llegar a Galipán es por el teleférico Caracas-El Ávila, ubicado en Maripérez, el cual está siendo administrado por una empresa privada. También se puede ir a Galipán por el "Camino Real de los Españoles" entrando por La Puerta de Caracas, en La Pastora. Otra vía es la carretera que sube del pueblo costero de Macuto, o por Naiguatá.

Un sitio ensoñador: Foto: Díaz MirelesGalipán es un paraje montañero cuyo clima es frío la mayor parte del año. Los habitantes de la comunidad galipanera se dedican a cultivar flores y frutas, las cuales ofrecen en venta a turistas y comercios caraqueños. Especial mención merece el esfuerzo que tradicionalmente han hecho los pobladores para cultivar claveles y orquídeas, flor nacional de Venezuela. El renombre de las flores galipaneras tuvo especial impulso por la famosa canción de Francisco de Paula Aguirre, autor de "Claveles de Galipán", popularizada por la cantante Raquel Castaños.

Flores de galipán FOTO: Denis

Describir a Galipán supone dar rienda suelta a la imaginación e impregnarse del aroma de frutas y "flores de mil colores"; es extasiarse con el verdor quebrantado por zigzagueantes caminos que como cintas de plata recorren el ondulado terreno. Es detener el aliento ante la majestuosidad del lejano azul marino cuyos tonos multicolores penetran el infinito celeste tornándose en indescriptible cántico natural. Describir a Galipán es definitivamente exaltar el espíritu ante la imagen de un rincón paradisíaco enclavado en la montaña que mira al Caribe mar.

Detalles históricos: Algunos de los eventos de significación histórica, social y económica para los galipaneros son los siguientes.

  • El movimiento rebelde de 1858. El nombre de Galipán está vinculado a la historia republicana del país. Se conoce como LA GALIPANADA al frustrado movimiento ocurrido el 17 de agosto de 1858. Los protagonistas fueron grupos que se rebelaron contra el gobierno del General Julián Castro, designado presidente tras la renuncia y solicitud de asilo en la Legación de Francia del General José Tadeo Monagas. Las hostilidades diplomáticas y el consecuente bloqueo de puertos venezolanos por buques anglofranceses, en solicitud del cumplimiento del Protocolo Urrutia por parte del gobierno de Castro, condujeron a planificar una insurrección. La imprudencia de los conspiradores, lo descabellado de sus planes y la excesiva confianza en la impopularidad del régimen, condujeron a que fueran derrotados sin mayores problemas. Un grupo revolucionario que salió de la capital, subiendo por la cuesta de El Ávila, hacia La Guaira, fue hecho prisionero en las cumbres de Galipán. Desde la noche anterior, Carlos Soublette -jefe de operaciones militares- había apostado sus fuerzas entre Catia y Maiquetía, por lo que fue fácil retenerlos. El fracaso del movimiento fue calificado como "ridículo sainete", dándosele el nombre de "Galipanada". Finalmente, los miembros del comité revolucionario fueron detenidos y proscriptos; entre ellos Antonio Guzmán Blanco quien luego asumiría la presidencia en 1870. Como recuerdo de ese pasaje histórico, existe una cruz en el sitio donde falleció uno de los soldados caídos en combate, en el área de Boca´e Tigre, en la subida hacia Galipán.

    Foto: Lourdes Denis (2003)

  • La construcción del Hotel Humboldt en 1955 por el General Marcos Pérez Jiménez, generó cambios en la ruta para llegar a Galipán por la carretera de Cotiza. Lo que antes fueran caminos y picas se convirtió en carretera de tierra para facilitar el transporte de materiales dirigidos al Humboldt. Este hecho constituyó un aspecto decisivo en la transformación de la dinámica del poblado de Galipán.

  • La declaración de El Ávila como parque nacional, en 1958, ocasionó preocupación a los galipaneros por su posible salida de la zona. La política internacional establecía evidente separación entre el hombre y el ambiente considerado parque nacional. Ante esta situación, hubo movimientos de rescate y defensa por la permanencia de las familias que allí vivían durante años. Por suerte, otro hecho sobre la materia salió a relucir para argumentar esta lucha. En 1971, el Congreso Mundial sobre Conservacionismo celebrado en Roma aprobó que los parques nacionales sí podían ser habitados, siempre y cuando los pobladores contribuyeran a su equilibrio y mantenimiento. Fundamentados en este decreto de habitabilidad, los galipaneros se declararon parte del parque nacional. No obstante, durante los años 1977 y 1978 fueron fustigados y desalojados por autoridades de la Guardia Nacional quienes desconocían el alcance de tal disposición. Como consecuencia, varios lugareños decidieron trasladarse a otras zonas del país. Algunos se mudaron a Caracas y tuvieron que desempeñar empleos para los cuales no estaban preparados. Esta experiencia animó a los galipaneros a mantener la lucha por el derecho a permanecer en su tierra y, posteriormente, a conformar una Asociación de Vecinos para enfrentar el problema legal de la comunidad.

  • La instalación de la red eléctrica, en 1973. La activación del servicio eléctrico constituyó un importante avance para la comunidad. Las familias ya no tendrían que alumbrarse con velas, lámparas de gasolina o kerosene como lo venían haciendo desde tiempos ancestrales. La introducción del tendido eléctrico ocasinó cambios en la dinámica diaria y el mejoramiento de la calidad de vida de los lugareños.

  • La instalación de telefonía fija, en 2002. La instalación del servicio telefónico representó un gran beneficio que ha contribuido a mejorar la comunicación de los galipaneros con el ámbito nacional e internacional. Sin embargo, en ocasiones las conexiones telefónicas presentan problemas que se aspira sean resueltos por las compañias y organismos involucrados.

    Expectativas del galipanero: Kiosco en Boca e´Tigre La comunidad de Galipán mantiene una constante lucha por el resguardo de su identidad. Ante el creciente flujo de turistas, visitantes y campistas provenientes especialmente de la ciudad capital, los galipaneros enfrentan una dinámica cotidiana que ha alterado la quietud de sus parajes y las tradicionales costumbres. Aunque la llegada de turistas constituye una alternativa para la comercialización de los productos de la zona, esta realidad ha ocasionado cambios que se reflejan, por ejemplo, en la proliferación de 'puestos' para la venta de productos agrícolas (naturales y procesados), artesanía y comida. La esperanza de los pobladores es contar con suficientes locales para vender sus productos, que estén bien planificados y armonicen con el entorno ecológico natural.

    Por otra parte, ante la reinauguración del teleférico Caracas-El Ávila y la reapertura del Hotel Humboldt, a partir de enero 2002, los pobladores esperan el auge de las familias de la comunidad. Tanto los vendedores de flores, de chocolate caliente, de jugos naturales, de fresas con crema, como los paseadores a caballo, esperan poder atender a cientos de visitantes, como acostumbraban hacerlo décadas atrás. Asimismo, aspiran que el funcionamiento del teleférico contribuya al empleo de mano de obra galipanera y a estimular la actividad turística.

    Casona de construcción reciente en GalipánCasona construida en Galipán Los campesinos ven con preocupación el progresivo asentamiento de familias con alto poder económico, las cuales han construído mansiones que discrepan notoriamente de las humildes y típicas casas de los pobladores nativos. Lo agravante de tal situación es que los campesinos venden sus tierras, entusiasmados por instalarse en otras zonas. Pero muchos regresan tiempo después para trabajarle a los nuevos dueños, en calidad de 'peones' o guardianes de sus lujosas mansiones. La inquietud adquiere dimensiones mayores si se considera que los advenedizos pobladores sólo utilizan tales viviendas para vacacionar, sin que entre sus intereses figure la producción y la atención a las tierras.

    Casita de zinc en Galipán Casita de bahareque en Galipán La realidad de esta violenta transformación invita a reflexionar acerca del destino de una comunidad que está siendo invadida, sin atender las reglamentaciones existentes, por parte de quienes anteponen intereses personales, con la anuencia de autoridades complacientes. La expectativa de los galipaneros está dirigida a controlar este proceso a fin de que su tierra no se vea convertida en una elegante urbanización de caraqueños poderosos. Ese es el reto de Galipán al inicio del nuevo milenio.


    Bibliografía

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    Paredes Granadillo, Fran Benito(1985). Defensa de Galipán. Propuesta para su reglamentación. Trabajo de grado no publicado. Caracas: Universidad Simón Bolívar.
    Pérez Cabrera, Roberto y Asociación de Vecinos de Galipán (Julio, 1993). Galipán. Del Decreto 473 en 1958 al Decreto 2334 en 1992. (Comp. Reyes González Guedes). Caracas: Gráficas I.M.P.

  • Edición: Mayo, 2002
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