LA FLORICULTURA EN VENEZUELA
Ante el proceso de cambio que vive Venezuela y el impacto que el mismo ha generado en la situación social y económica de la población, es importante tomar conciencia de la importancia que representan las actividades del campo. Entre ellas, la producción, artesanía y expendio de flores. En este sentido, es necesario sensibilizar a las autoridades para el mejoramiento y la actualización de la normativa que regula lo relativo a la comercialización de flores naturales y flores secas en las grandes ciudades.
La floricultura representa una actividad de relevante significado económico, turístico y artístico que requiere ser valorada en su justa dimensión. Los floricultores sienten el orgullo de ofrecer un producto de especial prestancia que cautiva a consumidores de todos los estratos sociales. Siendo Venezuela un país tropical cuyo clima permite el cultivo a lo largo de todo el año, la producción de flores requiere incentivo y apoyo para lograr una rentabilidad importante. Actualmente, la alta demanda de flores naturales está siendo subsanada mediante la importación procedente de países como Colombia, Ecuador, Holanda y Francia. Este fenómeno que resulta desventajoso para el productor venezolano, debido a la alta calidad y resistencia de la flor importada, es preciso enfrentarlo con estrategias de estímulo a las familias que se dedican a la floricultura.
Es urgente incentivar el proceso de producción en todas sus fases, especialmente lo relacionado con la regulación y organización de la actividad comercial que es desarrollada en la zona urbana del Distrito Metropolitano, especialmente en la Ciudad de Caracas, y también mediante la asistencia técnica y logística dirigida a fortalecer la calidad y aumentar la producción de flores nacionales.
El presente documento tiene como propósito destacar la importancia y el significado de la floricultura en el proceso de desarrollo económico, turístico y artístico de Venezuela, resaltando la experiencia de los floricultores de Galipán. Además, incluye una sección relativa al proceso de producción, artesanía y expendio de flores naturales. El documento también desarrolla los aspectos relacionados con las implicaciones valorativas del proceso de comercialización de las flores; los fundamentos de la actividad comercial de los productores, artesanos y expendedores de flores. Finalmente, ofrece ideas sobre logros y requerimientos en materia de producción y comercialización de flores naturales y flores secas.
La actividad floricultora en Galipán
La actividad económica de floricultura consiste en el cultivo, la artesanía y el expendio de flores naturales y flores secas. En Venezuela, cualquier análisis relativo a los logros en esta materia, conduce ineludiblemente a referir y destacar la experiencia de los floricultores de Galipán.
Galipán es un poblado autóctono localizado en la ladera norte del Parque Nacional El Ávila, que se halla en el tramo central del Sistema de la Costa que bordea a Caracas. Los primeros pobladores procedentes de las Islas canarias que se instalaron, hace unos doscientos veinte años, en las montañas de El Ávila, se dedicaron a las labores agrícolas. Los rubros que inicialmente explotaron fueron los cultivos de café y de árboles frutales. Luego, los campesinos fueron fortaleciendo progresivamente el cultivo, la artesanía y el expendio de flores naturales.
Para los galipaneros, las áreas de influencia más inmediatas para comercializar sus productos han sido la zona costera de La Guaira, Macuto y alrededores, así como también Caracas y sus inmediaciones. Durante la época en que funcionó el Teleférico de El Ávila, los lugareños tuvieron oportunidad de ofrecer sus flores a los numerosos turistas que visitaban ese centro de atracción. Hoy en día, debido a la gran afluencia turística generada por el asfaltado rústico de la carretera, los galipaneros han instalado algunos kioscos de venta de flores a lo largo del recorrido por la montaña.
Pero, sin lugar a dudas, con respecto a la venta de las flores, Caracas ha sido y es el mercado por excelencia. Aquí han cobrado fama el tradicional Mercado de las Flores, único en la ciudad, ubicado en San José, así como también los casi cuarenta kioscos que han sido autorizados, desde hace muchos años , en diferentes sectores de la capital: San Bernardino, La Candelaria, Los Robles, Pérez Bonalde, Av. Fuerzas Armadas, El Conde, Sabana Grande, Montalbán II, Los Molinos, El Valle, El Calvario, El Lago, Gato Negro, El Paraiso, Quinta Crespo, Los Rosales, San Jacinto, La Florida, La Concordia, Catia, Av. Lecuna, Las Palmas, Prado de María, Chacaito, San Agustín del Norte, Av. San Martín, La India.
Durante generaciones, la loable y hermosa labor de producción y comercialización de flores ha sido fuente tradicional de ingreso y medio de vida para los habitantes de Galipán. Un promedio de trescientos cincuenta (350) familias, conformadas por mil quinientas (1500) personas aproximadamente, ha mantenido a sus descendientes y ha costeado sus gastos con base en el producto de la comercialización de flores naturales.
Curiosamente, a pesar de ser Venezuela un país tropical cuyo clima permite el cultivo a lo largo de todo el año, la producción de flores no ha recibido suficiente incentivo y apoyo en el ámbito nacional. Es por ello que, actualmente la alta demanda de flores naturales está siendo subsanada mediante la importación de países como Colombia, Ecuador, Holanda y Francia. Este fenómeno que resulta desventajoso para el productor venezolano, debido a la alta calidad y resistencia de la flor importada, es preciso enfrentarlo con estrategias de estímulo a las familias que se dedican a la floricultura.
Es urgente incentivar el proceso de producción en todas sus fases, especialmente lo relacionado con la regulación y organización de la actividad comercial que se ejecuta en la zona urbana del Distrito Metropolitano, especialmente en la Ciudad de Caracas, y también mediante la asistencia técnica y logística dirigida a fortalecer la calidad y aumentar la producción de flores nacionales. Éstas tienen la ventaja de ser más económicas y de estar mejor adaptadas al clima local, por lo cual es factible que después de cortadas tengan mayor duración.
En el marco del importante proceso de cambio que vive Venezuela, la floricultura representa una actividad de relevante significado económico, turístico y artístico que requiere ser valorada en su justa dimensión. Los floricultores sienten el orgullo de ofrecer un producto que no pierde prestancia y que siempre cautiva a consumidores de todos los estratos sociales.
IMPLICACIONES VALORATIVAS DE LA FLORICULTURA
Valoración artística
La flor en sí misma es una obra de arte de la Naturaleza. El trabajo artístico con flores requiere una sensibilidad especial hacia la estética y la belleza así como admiración y dedicación al trabajo artesanal. La parte dedicada a la floristería incluye la construcción de arreglos florales en cuyo proceso interviene la inspiración y la imaginación, la creatividad y la originalidad artística, habilidades y destrezas manuales. La parte de la decoración de ambientes o espacios para la celebración de ocasiones especiales, cívicas o religiosas, requieren de sentido estético y de buen gusto.
Valoración turística y cultural
En todos los países del mundo, las flores naturales representan un elemento de realce turístico y cultural. La venta organizada de flores a través de kioscos ubicados en paseos y calles de la ciudad otorga un sentido más humano y atractivo ante los ojos del transeúnte y del visitante. A la vez, las flores proyectan la esencia y tradición del campesino floricultor cuya obra artesanal y expendedora contribuye a proyectar una imagen de productividad y valoración autóctona que trasciende los límites nacionales. A través de la labor del artesano floricultor se propicia el intercambio cultural entre pobladores de diversas nacionalidades. El hecho de que cada país y cada estado tenga su flor representativa le otorga a este elemento natural un significado histórico y turístico. En el caso de la orquídea, flor nacional de Venezuela, ésta constituye un emblema mundial de la nacionalidad, históricamente reconocido, símbolo de orgullo y de especial entusiasmo cada año, en épocas de máxima productividad.
Valoración afectiva y espiritual
Desde siempre, los seres humanos han valorado la expresividad y la belleza de las flores naturales. El gesto de ofrecer flores representa un halago y tiene un significado especial para quien las obsequia y para quien las recibe. Las flores son elementos que dan un toque excepcional a la vida cotidiana. En cualquier ocasión, conmueven positivamente y producen emociones gratificantes. En todo ambiente o paisaje, la presencia de flores naturales brinda una riqueza decorativa que se traduce en éxtasis y regocijo espiritual.
Valoración ambiental y de la Naturaleza
Quienes se dedican al mercadeo de flores naturales contribuyen no sólo a estimular y renovar sentimientos sanos y nobles, sino además laboran con un producto que garantiza la supervivencia del reino vegetal ornamental ya que la flor es el órgano reproductor de la planta. Otro valor de las flores es su propiedad de no contaminar el ambiente. A diferencia de otros rubros, la producción y comercialización de las flores se desarrolla en condiciones de higiene y salubridad para la población. Los desechos son biodegradables y por tanto se convierten en abono orgánico que contribuye al desarrollo botánico natural. Además, una vez marchita, adquieren el carácter de flores secas las cuales continúan teniendo uso artístico y valor decorativo. El hecho de no requerirse agua potable para el procesamiento de las flores naturales y secas no representa riesgo alguno de contaminación y potenciales enfermedades.
Valoración social
La actividad relacionada con las flores tiene un especial significado en medio del trajín que caracteriza la dinámica de la sociedad urbana. Socialmente, las flores tienen y han tenido diversos usos a lo largo de la historia. Son empleadas en el ámbito de la gastronomía y de la medicina. Asimismo, la gran variedad de productos florales contribuye a estimular industrias como la aromaterapia, la cosmetología y la perfumería, ramas del conocimiento dirigidas a satisfacer necesidades naturísticas, estéticas y placenteras para el ser humano.
Valoración religiosa
Las flores naturales y secas están íntimamente asociados a creencias y tradiciones de tipo religioso entre la población venezolana. Actos como bautizos, primeras comuniones, bodas, ceremonias fúnebres, procesiones, son engalanados con adornos florales.
Valoración histórica y cívica
Las flores naturales son empleadas para resaltar la relevancia de celebraciones y conmemoraciones de tipo cívico e histórico. La "ofrenda floral" forma parte ineludible de actos oficiales públicos dirigidos a rescatar y promover el respeto a los valores históricas y de identidad nacional.
Valoración económica
El valor fundamental de la floricultura deriva del hecho de representar la actividad que ha servido de sustento a numerosas familias de legendaria tradición en el campo, en lo alto de la montaña El Ávila, en cuyo proceso de producción participa todo el grupo familiar.
Proceso de producción, artesanía y expendio de flores naturales
Usualmente, en el desarrollo de la actividad floricultora participan todos o la mayoría de los integrantes del grupo familiar. Así, el aprendizaje de cada una de tareas se va transmitiendo de padres a hijos, por generaciones.
El proceso requiere de una logística que contempla: (a) local ad hoc para almacenar y mantener las flores bajo condiciones térmicas ambientales que garanticen el resguardo, el mantenimiento y la calidad de las mismas hasta ser colocada en el punto de venta; (b) vehículo rústico apropiado para el traslado de insumos y materiales y para el traslado de las flores hasta el punto de venta; (c) presupuesto para adquirir abonos, fertilizantes, semillas, materiales y equipos de labranza, materiales e insumos de artesanía así como utensilios y materiales para la protección de las flores.
Por ser las flores un producto perecedero y frágil, el floricultor debe tomar previsiones y usar técnicas de mantenimiento para garantizar y prolongar, el mayor tiempo posible, su calidad natural.
El proceso de producción, artesanía y expendio de flores incluye las siguientes etapas:
1. Cultivo:
Durante esta etapa, el floricultor emplea el sistema de rotación de cultivos que le permite explotar racionalmente los suelos y contribuir a una mayor rentabilidad de los mismos. Asimismo, es usual la producción de variedad de flores en combinación con los vecinos, es decir, acuerdan y distribuyen entre ellos los tipos de flores a cultivar cada familia, y luego las intercambian entre sí a la hora de la comercialización de las mismas.
La etapa de cultivo supone las siguientes tareas:
a) Acondicionamiento del terreno
Limpieza, arado o labranza, fertilización o abono.
b) Procesamiento de la semilla
(selección, adquisición, preparación, almacenamiento.
c) Siembra
Construcción de surcos y hoyos, depósito y cubrimiento de la semilla.
d) Riego (mediante mangueras o surtidores que son rotados manualmente.
e) Fumigación
Aplicación de insecticidas, fungicidas u otro producto no tóxico.
f) Corte y empaquetado
Labor manual efectuada tradicionalmente por el grupo familiar.
g) Puesta en agua
Colocación de los paquetes en tobos u otros recipientes con agua.
h) Traslado
Uso de vehículos para trasladar las flores hasta el sitio de venta.
2. Artesanía:
Esta etapa es desarrollada por el artesano floricultor en el kiosco o puesto de venta. Por lo general, la labor de artesanía se efectúa por encargo, según el gusto y las exigencias del cliente quien aclara el motivo u ocasión que estimula su demanda.
La etapa de artesanía supone un proceso artístico, creativo y original, que consiste en la construcción personalizada de arreglos florales (ramos de base, centros de mesa, buqués de novia, corsays, coronas, cruces) y la decoración de ambientes o espacios para la celebración de recepciones y eventos sociales, culturales, religiosos o cívicos. En la preparación de los arreglos florales intervienen, además de las flores naturales o secas, el follaje o conjunto de hojas, y también flores silvestres que participan como relleno decorativo. Dependiendo del talento e imaginación del artesano, de los requerimientos del cliente y del motivo del encargo, un arreglo puede incluir no sólo elementos tradicionales como: globos, lazos, cintas y tarjetas, sino otros más novedosos como peluches, plumas, chocolates, quesos, libros, obras de cerámica, lápices, entre otros, lo cual le otorga un valor agregado a la obra artesanal.
3. Expendio:
El expendio se relaciona con la comercialización o venta de las flores naturales y flores secas. Este proceso se efectúa al detal o al mayor, empleando como unidad de medida la docena o por paquetes. La etapa de expendio supone las tareas de: seleccionar, preparar y envolver el paquete objeto de la venta.
Durante esta etapa, el expendedor de flores intercambia apreciaciones con el comprador. Dependiendo de su solicitud o sus preguntas, el expendedor aclara, por ejemplo, lo relativo a precios, denominación de los tipos de flores, duración y cuidado que requieren. Cuando es preciso, también ofrece sugerencias y recibe encargos de parte del cliente.
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Enlace de interés: Modelo para una finca florícola